miércoles, 9 de mayo de 2012

Evolución de las habilidades de inferencia mentalista de 0 a 12 años.

Varios autores han descrito cómo el síndrome cambia a medida que el niño autista se desarrolla.
Citando a Ornitz :

El primer medio año: el niño puede continuar siendo poco exigente, pero pronto queda claro que no se está dando cuenta de las idas y venidas de la madre. La repuesta de sonrisa no aparece o es diferida.

A los cuatro o cinco meses: no se produce la repuesta anticipatoria normal cuando van a cogerle. Las vocalizaciones más tempranas arrullos y balbuceos pueden no aparecer o retrasarse de un modo considerable.

La segunda mitad del año: el bebé exhibe a menudo una repuesta inusual ante la introducción de alimentos sólidos, se niega a aceptar, retener, masticar o tragar alimentos de textura gruesa, como carnes picadas. Sin intervención, algunos niños autistas se mantienen a base de alimentos propios de bebé durante varios años. El desarrollo motor ( como sentarse, gatear ), hay ocasiones en que se aceleran, aunque es mucho más probable que se retrasen. En esta segunda mitad del primer año, el bebé “carece de efectividad “. Con frecuencia no aparece el “miedo ante el extraño “propio de los ocho meses. Puede que se inicie el habla, pero se pierde de nuevo y no existe comunicación no verbal. A veces el bebé autista puede aparecer excitado e incluso aterrorizado por los mismos sonidos inesperados y fuertes a los que en otras ocasiones es completamente ajeno.

Segundo y tercer año: el niño busca estimulación en todas las modalidades sensoriales y a menudo cae en manierismos peculiares que parecen proporcionarle esta estimulación, de un rechinar ruidoso e intenso de los dientes, o el niño raspará superficies escuchando con atención el sonido que produce. El andar de puntillas, que es algo normal y transitorio. El juego no es imaginativo y adopta la forma de dar vueltas a los objetos. El niño puede tomar la mano de un adulto y llevarla hacia un objeto deseado en vez de cogerlo el mismo.

Durante el cuarto y quinto año: gran parte de su conducta el niño puede seguir mudo, o puede que el habla se limite a unas pocas palabras.

Quinto o sexto año : aparece dos tipos de curso en la enfermedad. Algunos de los niños pueden continuar manifestando la mayor parte de los síntomas ya descritos. En otros puede darse un cambio gradual del cuadro clínico. Se desarrollan nuevos aspectos.

El sexto año : Las alteraciones del lenguaje. Si el lenguaje no ha sido utilizado de forma congruente para la comunicación dentro de los cinco años, resulta entonces muy improbable que llegue a existir nunca un desarrollo más avanzado del habla. Cuando así ocurre el desarrollo intelectual queda estancado y el niño comienza a parecer menos autista y cada vez más un retrasado.

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